Letra de La Risa - Pedro Guerra
Letra de canci�n de La Risa de Pedro Guerra lyrics
Ocurri� en la ribera del r�o,
cuando llueve
la yerba se bebe,
las gotas de cielo
que en un suave vuelo
se dejan caer.
Ocurri� en la ribera del r�o,
algo breve
como un roce leve
despierta a risa
y el mundo se agita
y se empieza a mover.
Una ni�a comienza a re�r y a re�r
y otra ni�a la mira y se r�e y se r�e
riendo las dos
que son cuatro, son ocho, son veinte
cuarenta, sesenta,
es toda la aldea que r�e y que r�e
como una epidemia
que arrasa los campos,
los d�as, las guerra,
todo el continente
de risa y de gente
que r�e y no puede
parar de re�r.
Ocurri� en la ribera del r�o,
https://www.coveralia.com/letras/la-risa-pedro-guerra.php
nadie sabe
qui�n gira la llave
que enciende la risa
si vive en la brisa
o se esconde en la piel.
Ocurri� en la ribera del r�o,
cuando el aire
se estrena en un baile
de flores dormidas
que entregan su vida
y se dejan querer.
Una ni�a comienza a re�r y a re�r
y otra ni�a la mira y se r�e y se r�e
riendo las dos
que son cuatro, son ocho, son veinte
cuarenta, sesenta,
es toda la aldea que r�e y que r�e
como una epidemia
que arrasa los campos,
los d�as, las guerra,
todo el continente
de risa y de gente
que r�e y no puede
parar de re�r. (bis)
cuando llueve
la yerba se bebe,
las gotas de cielo
que en un suave vuelo
se dejan caer.
Ocurri� en la ribera del r�o,
algo breve
como un roce leve
despierta a risa
y el mundo se agita
y se empieza a mover.
Una ni�a comienza a re�r y a re�r
y otra ni�a la mira y se r�e y se r�e
riendo las dos
que son cuatro, son ocho, son veinte
cuarenta, sesenta,
es toda la aldea que r�e y que r�e
como una epidemia
que arrasa los campos,
los d�as, las guerra,
todo el continente
de risa y de gente
que r�e y no puede
parar de re�r.
Ocurri� en la ribera del r�o,
https://www.coveralia.com/letras/la-risa-pedro-guerra.php
nadie sabe
qui�n gira la llave
que enciende la risa
si vive en la brisa
o se esconde en la piel.
Ocurri� en la ribera del r�o,
cuando el aire
se estrena en un baile
de flores dormidas
que entregan su vida
y se dejan querer.
Una ni�a comienza a re�r y a re�r
y otra ni�a la mira y se r�e y se r�e
riendo las dos
que son cuatro, son ocho, son veinte
cuarenta, sesenta,
es toda la aldea que r�e y que r�e
como una epidemia
que arrasa los campos,
los d�as, las guerra,
todo el continente
de risa y de gente
que r�e y no puede
parar de re�r. (bis)