Letra de Mart�nez - Serrat & Sabina
Letra de canci�n de Mart�nez de Serrat & Sabina lyrics
Estando Mart�nez castigado en clase
de rodillas y de cara a la pared,
vestida de luto por parte de madre,
lo alcanz� la muerte por primera vez.
Le dej� los mocos,
se llev� el pa�uelo.
�Qu� falta le har�a
otro �ngel al cielo...?
Cansado de herirse con su propia mano
con su prima hermana decidi� morir.
Dulce la agon�a
y grande el desencanto
pero no por ello dej� de insistir
en catar las mieles
del fruto prohibido
aunque en adelante
pag� en efectivo.
La tercera muerte fue en extremo grave,
le dej� secuelas en el coraz�n.
Lleg� por la espalda, de la mano suave,
con alevos�a
y premeditaci�n
de aquella que me amaba
y a quien tanto quiso.
Le quit� las llaves y lo ech� del piso.
La cuarta reposa bajo los cascotes
de lo que fue un d�a el muro de Berl�n.
Un quinto cad�ver
https://www.coveralia.com/letras/martinez-serrat-y-sabina.php
se ahog� en el escote
turbulento de Juanito el andar�n
etiqueta negra.
Y por quinta vuelta
le llam� la muerte
y �l no abri� la puerta.
Una sexta muerte
le lleg� cortada
en una papelina
primera edici�n.
No fue menos muerte por ser anunciada
ni fue menos grave por ser de sal�n.
Y aunque nadie daba un duro por el tipo,
Mart�nez tampoco entreg� el equipo.
En persona, el propio ��ngel de la Muerte�
furioso y curioso a enfrentarlo fue
y para su sorpresa
se hall� frente a frente
otro �ngel ca�do, ca�do de pie.
Y su mala vida
y su burlada muerte
a rondar la luna se fueron los dos.
La vida cantando
ronca de aguardiente,
la muerte le hace
la segunda voz. (bis)
de rodillas y de cara a la pared,
vestida de luto por parte de madre,
lo alcanz� la muerte por primera vez.
Le dej� los mocos,
se llev� el pa�uelo.
�Qu� falta le har�a
otro �ngel al cielo...?
Cansado de herirse con su propia mano
con su prima hermana decidi� morir.
Dulce la agon�a
y grande el desencanto
pero no por ello dej� de insistir
en catar las mieles
del fruto prohibido
aunque en adelante
pag� en efectivo.
La tercera muerte fue en extremo grave,
le dej� secuelas en el coraz�n.
Lleg� por la espalda, de la mano suave,
con alevos�a
y premeditaci�n
de aquella que me amaba
y a quien tanto quiso.
Le quit� las llaves y lo ech� del piso.
La cuarta reposa bajo los cascotes
de lo que fue un d�a el muro de Berl�n.
Un quinto cad�ver
https://www.coveralia.com/letras/martinez-serrat-y-sabina.php
se ahog� en el escote
turbulento de Juanito el andar�n
etiqueta negra.
Y por quinta vuelta
le llam� la muerte
y �l no abri� la puerta.
Una sexta muerte
le lleg� cortada
en una papelina
primera edici�n.
No fue menos muerte por ser anunciada
ni fue menos grave por ser de sal�n.
Y aunque nadie daba un duro por el tipo,
Mart�nez tampoco entreg� el equipo.
En persona, el propio ��ngel de la Muerte�
furioso y curioso a enfrentarlo fue
y para su sorpresa
se hall� frente a frente
otro �ngel ca�do, ca�do de pie.
Y su mala vida
y su burlada muerte
a rondar la luna se fueron los dos.
La vida cantando
ronca de aguardiente,
la muerte le hace
la segunda voz. (bis)